EL ARTE DE LA DIGNIDAD.

Nuestro trabajo va más allá de pensar el pobre como pobre, llega al punto de pensar al ser humano en condición de pobreza con la posibilidad de transformar dicha condición; nuestro trabajo pretende validar al ser humano desde lo más profundo de sí, en busca de una lectura genuina de la dignidad.

1. ¿Qué es lo especial de nuestro trabajo?

a) Establecemos una relación entre la intención de vida de las personas y sus condiciones de subsistencia, entendiendo la pobreza no solo desde el marco económico y menos aún como un impedimento, sino como un reto a superar. En este sentido, la pobreza sobre la que trabajamos es esa sensación que deja a los seres humanos sin elementos para enfrentar las vicisitudes de la vida y en la que debe surgir desde el interior de cada una de las personas la fuerza para trascenderla. Nosotros ayudamos a las personas a encontrar alternativas para que se auto reconozcan y proyecten a condiciones de vida diferentes. b) El arte es un elemento fundamental en esta tarea, ya que no es un producto o una simple práctica ni solamente un ejercicio terapéutico sino un medio y fin a la vez, para llegar a la identificación de lo humano en cada ser humano. Entendemos lo humano como las condiciones mínimas necesarias para todos que llevan a que las personas se reconozcan en un ejercicio social con los otros; en ese sentido es necesario que cada persona reconozca primero en sí misma una estética, SU estética, una belleza, SU belleza y un amor propio que luego pone en juego con los demás; en otras palabras el arte le permite a cada ser humano percibirse y percibir al otro con dignidad.

2. ¿Qué logramos con nuestro trabajo?

a) Aunque buscamos que las personas sean felices, hemos logrado en muchas personas que el camino para la búsqueda de esta felicidad sea consciente, que se den cuenta de cuáles son las condiciones en las que cada uno de ellos vive, tanto en lo económico como en las relaciones con los otros, con la naturaleza y con el mundo. De ahí la importancia de llegar a los padres de familia desde los niños, porque son los niños y jóvenes los espejos fieles de las experiencias de vida de cada familia, los que generan las preguntas y los gestores de las respuestas. b) Logramos que las familias asuman sus vidas con una mirada diferente a la que proporciona la miseria o la exclusión; muchos de estos casos exitosos son porque las familias tienen el impulso y nosotros solo tenemos que ayudar a encaminarlo; con otras personas el ejercicio es más complejo porque la vida ha dejado huellas en ellos difíciles de borrar. En todos los casos, son las personas mismas las encargadas de decidir o no los cambios, nosotros solo ofrecemos diferentes caminos. c) Hemos logrado que la gente nos reconozca más como un lugar seguro, en el que pueden aprender desde habilidades para la lectura y escritura hasta la defensa de sus derechos, desde un ejercicio profesional marcado por el establecimiento de vínculos de confianza con las personas, esto hace que la relación con cada uno de ellos sea más transparente y desinteresada. d) Logramos que las personas comprendan que son actores de su propio proceso, que son los hacedores de sus propias vidas y por lo tanto, que son corresponsables en los procesos de sus familias y de sus hijos. 3. ¿Cuál es nuestro horizonte? a) Buscamos que las personas tomen su vida en sus propias manos. b) Queremos generar propuestas que fortalezcan los vínculos familiares cimentados en relaciones claras y transparentes entre los diferentes integrantes del grupo familiar c) Queremos que los niños y jóvenes crezcan de forma sana y armónica d) Queremos que los niños y jóvenes se proyecten más allá de las alternativas que les brinda la vulnerabilidad y la pobreza e) Queremos generar procesos autónomos en las personas, que la asistencia sea solo para lo excepcional y no la regla. Nuestras acciones exigen como maestros una permanente autoformación y coherencia con relación a las dinámicas individuales y grupales inmersas en diferentes problemáticas. Intervención Social y Humana La Corporación Waldorf, centra su ejercicio en el desarrollo integral del ser humano, posibilitando otras alternativas y miradas, en busca de la construcción de un futuro diferente para las nuevas generaciones.

Aunque el proceso empieza con el trabajo directo con los niños desde el programa de Jardín infantil y PAES, la estructura de intervención nos permite llegar hasta las familias, generando lazos de confianza y ambientes dispuestos para el diálogo, donde se facilita el conocer la historia familiar y dar luces frente a lo que la misma familia espera para su futuro. Es claro que una de las dificultades mayores tiene que ver con la situación económica y en general son las condiciones de subsistencia; pero por lo visto en el desarrollo del trabajo transdisciplinar de la Corporación, además de los problemas relacionados con la subsistencia están aquellos que se relacionan con la identidad, el sentido de pertenencia, la autonomía y la autoestima. Podemos hablar de problemas relacionados con el “impulso de vida”, entendido este como aquello que motiva a las personas a vivir, a progresar, a buscar nuevas oportunidades y al aprendizaje de mecanismos efectivos para sortear las problemáticas de la cotidianidad. Nos hemos dado cuenta de que, en la zona donde se encuentra la Corporación, la falta de fuerza en el impulso, o el impulso desorientado son las dificultades mayores a la hora de buscar alternativas para transformar las condiciones de pobreza.
El ejercicio que el Estado, y muchas entidades hacen desde la mirada asistencial – paternalista es insuficiente y en ocasiones presenta un agravante: las personas se desentienden de las responsabilidades propias y se acostumbran a la vida diaria precaria pero estable, en manos de terceros que proveen lo necesario para sobrevivir. En otras palabras, las personas se acostumbran a que las instituciones los mantengan o mantengan a sus hijos dentro de esquemas asistenciales. Esto genera limitaciones en la mentalidad de muchas personas que evaden de diferentes maneras su rol de corresponsabilidad para con su grupo familiar y para con ellos mismos.
En las condiciones actuales del país es más fácil permitir que el Estado o las instituciones entren a las casas llevando comida, ropa o educación gratuita, donde los adultos no tienen que hacer nada diferente a demostrar que están en la miseria, esto disminuye su fuerza de voluntad para enfrentar las condiciones de vida y luchar por obtener una situación diferente. Esta situación genera en las personas la sensación de dependencia del Estado, de resignación, aceptación o comodidad frente a sus precarias condiciones de vida.

A esta situación se suma, que la condición de vida de muchas de las personas que históricamente llegan a Sierra Morena, víctimas de desplazamiento forzado por las diferentes violencias, por la situación económica o por la búsqueda de sueños, ideales y oportunidades que en los lugares de origen no tienen – no conocen a los vecinos o tienen miedo de relacionarse con el otro, desconfían del lugar del vecino y se enfrentan en este nuevo sitio a otras situaciones de violencia, inequidad, a otras condiciones de miseria.
Finalmente, el fenómeno descrito se ve influenciado por la falta de educación de calidad para las personas, que en este sentido, no se trata simplemente de lograr que todos los niños estén escolarizados, o que las personas aprendan a leer y escribir, sino que estos niños y niñas, jóvenes y adultos, más allá de pertenecer al sistema escolar, tengan acceso a ambientes culturales, sociales, deportivos, participativos, de opinión u otros que les faciliten el desarrollo de su pensamiento y de sus dones.
La situación aquí descrita, no es exclusiva de nuestra zona de influencia, es un fenómeno que se extiende cada vez más a lo largo y ancho del territorio nacional, matizado siempre por las condiciones propias de cada lugar, pero con la sensación permanente en las personas de no ser capaces con sus hijos, ni con la situación económica o con la vida.
Creemos que una de las maneras de hacer frente a estas situaciones es, la atención integral del grupo familiar, donde a la vez que se trabaja en ambientes adecuados y seguros para niños y jóvenes, se estructuran procesos de apoyo a las familias, marcando derroteros para cada familia y ayudando a la estructuración de los proyectos de vida.
Para este trabajo, la Corporación encamina sus esfuerzos por medio del encuentro e integración de miradas desde lo social, lo artístico y lo pedagógico, construyendo poco a poco una propuesta de arte social, que va más allá de la formulación de un modelo, sino que implica la construcción de una forma particular de entender el mundo.
Este arte social o lo social en el arte, se constituye en un sentido armónico de relación de, para y con el ser humano, su medio ambiente, el entorno y contexto que le implica su vida cotidiana y la proyección de la vida y de su propia vida, dentro de un territorio que va construyendo a diario en su recorrido, una vida que cobra sentido en sus propios significados, que se van transformando cuando existe conciencia, la cual se va adquiriendo en la medida que se transforma su interior.
En este momento, el sentir, pensar y actuar se integran, para ello el ser humano despierta y desarrolla sus sentidos que lo impulsan a darse cuenta de su relación con el mundo y todo lo que en él existe; se da cuenta que no está solo ni preso de una realidad, es libre y capaz si utiliza su cuerpo y mente y actúa con la fuerza de su corazón.

Es la triada que se despierta mente – cuerpo - corazón, que en un proceso por medio del arte social lleva al ser humano a ser él mismo, conocerse, valorarse, darse cuenta de quién es que puede hacer, que puede mejorar, encontrarse con sus propias dificultades o limitaciones, en ese camino necesariamente se encuentra con el otro, que es el espejo que le permite verse y entenderse, vivir lo social, aquí el ser humano se descubre por el otro y descubre al otro.

El arte entonces despierta los sentidos y los desarrolla, además de trabajar en el ejercicio social el sentir- corazón, el pensar - mente y el actuar – cuerpo; con el tiempo, estos mecanismos se entrelazan y articulan y por ello no se pueden fragmentar o separar como partes de un estudio de laboratorio o categorías sociales que reflejan problemáticas, explicando la multiplicidad de lecturas que del ser humano se hacen desde lo social entendiendo el ser humano como un todo integral. Lo social es inherente al ser humano, somos una especie que busca prevalecer y sobrevivir, la pregunta es ¿cómo y para qué?. Vivir es un arte, saber vivir es la clave de la armonía del ser y la naturaleza, por esto el arte de vivir en sociedad también lo es, el ser humano está diseñado para ello, pero debe desarrollarlo. Para lograrlo, es importante entender que la comunicación nace con la humanidad, los bocetos y garabatos de los antiguos, primeros esquemas en cavernas se parecen a los garabatos de los niños pequeños, la humanidad se refleja en el proceso de los niños, jóvenes y adultos y si nos damos cuenta podemos aprender, compartir con el otro interactuar y vivir.
Este ejercicio de vida se convierte en arte social, donde nos armonizamos en la relación con el mundo y nuestros semejantes, el ser humano fluye en comunidad, si puede ser él mismo en relaciones de equidad con lo otros y si además se tienen fines semejantes pueden construir comunidad; precisamente es en este camino que el arte social impulsa individuos sociales capaces de relacionarse con otros por el bien común.

En ese proceso de diálogo y encuentro, se identifican pautas, acuerdos y criterios desde los cuales se evidencia un tejido social que dinamice sentidos comunitarios, proyectos de vida individual y grupal en ejercicios mancomunados en donde los valores de solidaridad, respeto y convivencia se materialicen independientemente de las instituciones que los promueven.
Este trabajo se fundamenta en una permanente exigencia de autoformación y coherencia de esa formación con relación a las dinámicas individuales y grupales inmersas en diferentes problemáticas. Nuestra propuesta implica que, desde el perfil del profesional hasta su ejercicio, será monitoreada y enriquecida desde sus historias de vida, y sus ejercicios profesionales buscando que las alternativas que se presentan a la comunidad reflejen el proceso interno del equipo en formación. De esta forma, el equipo de profesionales desarrolla un ejercicio de conciencia individual y colectivo para expresarlo en la intervención en los diferentes programas y proyectarlo hacia la transformación de la realidad social, de forma tal que se le dé sentido al impulso comunitario e individual de las personas con las que se interactúa.